miércoles, 29 de agosto de 2018

Los besos en el pan, de Almudena Grandes

Cuando me hice con este libro, creí que se trataba de otro de la serie de los "Episodios de una guerra interminable", una serie de libros  de la autora ambientados en la Guerra Civil y la posguerra (aquí tenéis la reseña de uno de ellos, El lector de Julio Verne). Al darme cuenta del error me desilusioné un poco pero me puse con él y no me arrepiento nada de haberme equivocado.
"Por eso los mayores tienen menos miedo. Ellos hacen memoria de su juventud y lo recuerdan todo, el frío, los mutilados que pedían limosna por la calle, los silencios, el nerviosismo que se apoderaba de sus padres si se cruzaban por la acera con un policía, y una vieja costumbre ya olvidada, que no supieron o no quisieron transmitir a sus hijos. Cuando se caía un trozo de pan al suelo, los adultos obligaban a los niños a recogerlo y a darle un beso antes de devolverlo a la panera, tanta hambre habían pasado sus familias en aquellos años".
Esta antigua costumbre de los besos en el pan (que yo desconocía, por cierto) viene a ser la moraleja de todo el libro. Y es que se trata de una historia sobre la reciente crisis que hemos sufrido en España, cuyos efectos aún colean y de la que todavía nos falta bastante para recuperarnos del todo.
En España nos habíamos acostumbrado al "tira que libras", a actuar sin pensar en que vengan mal dadas, a dejar de besar el pan. Y eso tuvo sus consecuencias, de todos conocidas.
El libro nos cuenta la historia de un barrio de Madrid, el cómo ha afectado la crisis a todos sus habitantes ya que ni ricos ni pobres se libran de ello. A todos les toca en mayor o menor medida: La licenciada en biología molecular que emigra a Alemania para ver que no todo lo de fuera es tan bueno como lo pintan. El aparejador que se  ha reconvertido en portero. El alcohólico en paro que no encuentra salida. La periodista en la calle por un ERE. El ingeniero que suspira aliviado porque "sólo" le bajan el sueldo un 10%. La peluquera que compite desesperada contra la competencia china que se le instala enfrente.
Pero la autora se centra sobre todo en los luchadores, los que intentan cambiar la situación y echar un cable a los demás: los trabajadores que luchan contra el cierre del centro de salud. El dueño del bar que ampara todo tipo de causas. La abogada que lucha contra los desahucios. Las madres que fundan un comedor para los niños sin recursos... Y sobre todo, los abuelos. Que son los que nos han amparado a todos en esta crisis con su experiencia, sus ahorros, sus casas pagadas donde siempre había una habitación y un plato de comida. Y que saben que esta crisis es algo de risa en comparación con lo que ellos pasaron.
En realidad este libro es una sucesión de historias, todas ellas ligadas entre sí porque sus protagonistas son familia, vecinos o amigos unos de otros. He leído críticas donde la tachan de demasiado optimista, de que no se centra en las causas del problema y que se trata de una novela "de izquierdas dirigida a su público habitual". Debe ser que yo soy de su público habitual porque no lo veo así para nada. Me parece un reflejo bastante acertado de muchas situaciones reales que yo he visto de cerca. No se centra en las causas del problema y salen pocos villanos porque se trata de un relato a pie de calle, no se busca a los responsables pero se sabe que están ahí.
Almudena Grandes es una gran escritora de novela pero para mí es aún mejor en sus cuentos y relatos cortos. Y este libro en realidad no deja de ser una sucesión de historias cortas. Unas mejores, otras peores y otras que te tocan el corazoncito. La historia de la burguesa venida a menos que ve cómo sus hijos son felices pasando unos días en una pensión porque en realidad, ¿qué más necesitan los niños para estar felices que estar con sus padres? La historia del marido que se calla un problema de salud para no darle otro motivo más de preocupación a su mujer. La historia de la joven emigrante consolada por su abuelo que también emigró en su día...
Seáis simpatizantes o no de Almudena, os recomiendo su lectura, ya que es parte de nuestra historia reciente, vais a reconocer muchas historias y seguro que alguna os llega.
A mis niños, animaos a leerla: nacisteis en plena crisis, sobre todo Óscar, y afortunadamente la hemos capeado, al menos hasta ahora, porque yo creo que todavía falta bastante para que acabe. Como dicen los abuelitos, que todo sea esto!!!
Hasta la próxima!

lunes, 20 de agosto de 2018

Hay alguien por ahí?

Hace tanto que no escribo que me da hasta vergüenza. La verdad que pienso que para qué seguir con esto sin continuidad ni tiempo para hacer un blog lucido  y currado pero en el fondo a mí es a quien más me interesa volver a intentarlo. Tengo una memoria de pez y cuando releo algún post recuerdo otra vez este o aquel libro que leí y que me encantaron y cuyo argumento se me va desdibujando al poco tiempo. Es una manera de volver a disfrutarlo y bueno, si a mis niños en un futuro o a alguien le puede ayudar alguna recomendación, pues mejor que mejor. 

En todo este tiempo he leído bastante, aunque menos de lo que me gustaría. Afortunadamente sí que he ido apuntando los títulos así que iré haciendo una selección de los mejores y os voy contando.

Ahora mismo llevo una temporada metida en tema bélico; el último libro que leí estaba ambientado en el final de la Guerra Civil española y la posguerra. Ahora estoy con uno de la 2a Guerra Mundial y encima este sábado vi Salvar al soldado Ryan! Nunca la había visto, la verdad que me dejó impactada. Que semejante sangría de gente haya pasado hace cuatro días me sigue pareciendo alucinante. Qué poca memoria tenemos. Es muy peligrosa  la ignorancia, por eso no me canso de decirle a mis niños que hay que leer, leer y leer. Cuanta más información tengamos, más preguntas nos haremos y como leí en mi libro de hoy: 

“Haciéndote una pregunta, así es como empieza la resistencia. Y luego haciéndole esa pregunta a otra persona” - Remco Campert

El próximo martes vuelvo con un libro que me encantó. Hasta luego!