Matar a un ruiseñor

Hoy os traigo uno de mis libros favoritos y que está en el top ten de los libros que tiene que leer Óscar sí o sí. Llevo años diciéndole al padre de Óscar que lo lea ya que creo que su personaje principal, Atticus Finch, es un ejemplo para cualquier padre. Bueno, a lo que vamos, ¿de qué va esta historia?

 

Por cierto, este libro ganó el Pulitzer, que no os lo he puesto en ningún sitio :P

 

 Todo se desarrolla en el imaginario pueblo de Maycomb, Alabama en los años 30 y quien nos lo relata es Scout Finch, una niña de 6 años que vive con su padre, Atticus que es abogado y con su hermano Jem de 10 años. El libro está basado un poco en la biografía de la autora, Harper Lee, que al igual que Scout vivía en un pueblo de Alabama, tenía un hermano que le sacaba 4 años, su padre era abogado y fue huérfana de madre. El verano en el que transcurre la historia tienen como compañía a Dill, el sobrino de su vecina que está pasando el verano con ella y que es de la edad de Scout. Bueno, la edad de Dill nunca la sabemos exactamente porque Dill es un mentiroso redomado y se inventa unas historias alucinantes. Curiosidad: ¿Sabéis quién era un amigo de la infancia de la autora, que también pasaba temporadas en casa de su vecina de al lado y también se inventaba historias para no dormir? Pues nada más y nada menos que Truman Capote! Fueron amigos desde pequeños y mantuvieron la amistad toda la vida.

 

Scout, Jem y Dill están obsesionados con los Radley, unos vecinos que tienen un hijo, Boo a quien nunca han visto ya que está recluído por un problema con la ley que tuvo en el pasado. Fantasean con los crímenes y lo peligroso de Boo y hacen expediciones para explorar su casa.

 

A su vez Scout nos va contando su día a día en el pueblo, cuyos habitantes son de lo más variopinto, al igual que ocurre con todos los libros que he leído ambientados en el profundo Sur de Estados Unidos. Tiene que ser un sitio peculiar de verdad.

 

El personaje central de la vida de Scout es Atticus, su padre. Es un tipo bastante serio, que pasa la mayor parte del día trabajando y que dice que es muy mayor para jugar con sus niños, aunque siempre tiene tiempo para leer el periódico con Scout o discutir de cualquier tema con Jem. Está pendiente de sus hijos pero dejándoles a su aire (qué diferente de como tratamos ahora a los niños, ¿no?).

 

A Atticus se le presenta un caso muy difícil que le enfrenta con gran parte del pueblo: Acepta la defensa de Tom Robinson, un hombre negro acusado de violar a una chica blanca, hija del borrachín del pueblo. Y HASTA AHÍ PUEDO LEER. A partir de este punto vais a encontraros aventuras, peleas, desilusiones y la historia de un polémico juicio que tiene en vilo a todo el pueblo. Un pueblo donde aparentemente no pasa nada pero donde el fantasma del racismo está por todas partes.

 

Lo que más me gusta de este libro aparte de la historia en sí es el tono de la autora que en todo momento es, si no cómico, irónico y divertido. Todo lo vemos a través de la perspectiva de Scout que tiene un talento especial para ver la realidad de la gente y contárnoslo sacándonos una sonrisa. ¿No dicen que los niños siempre dicen la verdad?

 

El ambiente sureño, tan especial, el personaje de Atticus, que representa el honor y la rectitud en el mejor de los sentidos, la manera tan divertida de contarlo de Scout, el juicio que es de lo mejorcito que he leído del género y los secundarios de lujo, hacen de este libro una auténtica delicia.

 

 

 

En cuanto a la película basada en el libro, aunque es muy buena, a pesar de que ganó 3 óscars y de que Gregory Peck hace un muy buen Atticus Finch, no llega al nivel del libro, por lo mismo que os contaba en La Casa de los Espíritus: Es imposible que una película transmita el tono tan especial que tiene el libro. No podemos ver todo desde los ojos inocentes (aunque implacables) de Scout ni ver su manera tan graciosa de contarnos. Aún así, es muy buena película y DESPUÉS DE LEER EL LIBRO os doy permiso para verla  =)

 

Espero que os animéis a leerlo y me contéis. Besotes!!!!